lunes, 27 de agosto de 2012


CAPITULO 28

Me levante corriendo y me vestí lo primero que vi y salí corriendo a fuera donde me esperaban Rebeca y Lara la otra dama de honor.

- Me he quedado dormida lo siento.

- No pasa nada- me dijo Rebeca.

Que raro, conociéndola se hubiese puesto a gritar.

- ¿Qué es lo que quieres?

Lara, comenzó a reírse descontroladamente.

- Pues ayer estuve viendo videos de bodas y vi que hacían bailes grupales y me gustaron.

- ¿y yo que tengo que ver?

- Quiero que me hagas la coreografía.

- Vale.

- Por favor. Un momento has dicho que si.

Asentí con la cabeza.

- Así me distraigo.

- ¡Bien!-  grito ella y subió el volumen al máximo y se puso a cantar.

 

El trayecto fue corto y nada mas llegar nos dieron un montón de vestidos a Lara y a mí. Rebeca se sentó en una silla con una taza de café enfrente de los probadores y nosotras nos probábamos los vestidos. Ella con solo fruncir el ceño sabíamos que nos teníamos que probar otros. Eligió unos vestidos de palabra de honor en lila claro con flores al lado del pecho el mió era corto y el de Lara era largo porque a ella le gustaba mas ese.

 

 Por la tarde me dirigí al estudio a crear la corografía de Rebeca. En unas dos horas tenia la coreografía completa. Decidí enviarles mensajes a mi anterior grupo con el que bailaba para que actuaran conmigo, no me veía capaz de hacerlo sola y menos en una boda. Salí del estudio contenta pero sentía que alguien me observaba por lo que llame a Mario y le invite a quedarse a dormir.

 

Al llegar a casa prepare palomitas y algunas películas. Cuando llego nos pusimos a ver una película graciosa para subir el ánimo. Al terminar la película nos pusimos a charlar y reír. La verdad me encantaba estar con Mario conseguía que olvidara todo el dolor y solo concentrarme en divertirme.

 

Al día siguiente en un coche en dirección a la casa de Mario…

- No se como he aceptado si solo de pensarlo me bloqueo.

- Relájate, en cuanto sientas la música dejaras de ver a las personas.

- ¿Me puedes ayudar?

- Claro ¿para que te crees que vamos a mi casa? Vas a dar un concierto para todos mis empleados.

Me quede pálida de solo pensarlo. Mario me agarro la mano y me la apretó cariñosamente:

- Relájate, es tu sueño cuando oigas la música será fácil.

- Eso espero.- Dije mientras contemplaba la ventana.

 

Al llegar al jardín de la casa había una especie de escenario con un montón de gente sentadas en sillas.

- ¡Madre mía cuanta gente, no puedo!- dije mientras me giraba para irme.

Mario me agarro y me arrastro hasta las escaleras del escenario.

- Se que puedes.

- Me has mentido no son tus empleados.

- No te he mentido solo no te dije que solo fueran los empleados de la casa.- me contesto sonriendo.

Subió al escenario y todo el mundo comenzó a aplaudir.

- Hola y gracias por estar aquí. Mi amiga os va dar un concierto y espero que seáis generosos porque es para que supere su miedo escénico. Sara ven aquí.- me tendió la mano.

Subí las escaleras y le cogí la mano. El comenzó a ponerme el auricular y a ajustarme el micrófono a la mejilla.

- ¿Qué canción quieres?

Después de pensarlo un rato y pensar en mi situación amorosa me decidí:

-  Give your heart a break de Demi Lovato.

El le hizo una señal al chico encargado de la música:

- Marc, ya sabe- y el asintió.

Mario se bajo del escenario y se hizo un silencio absoluto. La música comenzó a sonar y yo no podía pronunciar palabra me había quedado bloqueada al ver tantos pares de ojos mirándome curiosos.

Mario detuvo la música y se acerco a mí:

- Respira e imagínate en casa sola.

Asentí y el se volvió a bajar. Marc volvió a poner la música.

Cerré los ojos, respire profundamente y me imagine en mi casa sola sentada oyendo música y cantando. La letra comenzó a salir de mis labios sola sin previo aviso. Esto me recordó a cuando era pequeña y me paseaba por toda la casa con un peine en la mano contando mis canciones favoritas por todos los rincones.

Abrí lentamente los ojos y contemple a mí alrededor. La gente comenzó a aplaudir y a bailar, me sonreía todo el mundo. Esto provoco que una energía desconocida se apoderase de mí y comenzara a cantar con más entusiasmo y energía. Esta sensación al estar ahí arriba era extraña pero perfecta, me encantaba ese subidón de energía que me provocaba esto.

Mis pies comenzaron a moverse y yo comencé a bailar, el publico comenzó ha hacer lo mismo.

Cuando la canción acabo respire hondo y oí como el publico que tenia estallaba en aplausos.

Rápidamente por la alegría baje del escenario y me lance a los bazos de Mario que estaban abiertos para mí. Este me elevo en el aire y comenzó a darme vueltas mientras gritaba:

- ¡Lo has conseguido!

Me bajo:

- Ha sido gracias a ti- mientras le daba un beso en la mejilla.
 
Vestido de dama de honor
 

lunes, 20 de agosto de 2012


CAPITULO 27

Al día siguiente…

Después de desayunar nos dirigimos a la casa de Alan porque habíamos quedado con Rebeca.

- Quédate aquí.- Le dije a Mario antes de entrar a la sala donde estaba Rebeca dando vueltas.

Entre a la sala.

- Hola Rebeca.

Se giro furiosa y me dijo:

- ¿Por qué no me lo habías dicho?

Le mire confundida:

- ¿El que?

Se acerco a mí con una revista en la mano. Me la dio. Al ver la imagen de la portada me quede de piedra. Salía yo corriendo por el centro comercial de la mano de Mario y ponía de titulo ``¿El nuevo amor de Mario?´´

- Ya puedes pasar- le dije a Mario mientras miraba la portada atónita.

Entro en la sala y vi como Rebeca se quedaba con la boca abierta.

- ¿Qué pasa?- me pregunto Mario.

Le di la revista y nada más leer el titulo:

- Mierda- y tiro la revista al suelo- Sara lo siento no pensaba que fuera a pasar esto.

Sonreí y le dije:

- No pasa nada con tal de que no me persigan.

Me sonrió y respiro aliviado.

- Rebeca aquí tienes a tu cantante- mientras señalaba a Mario.

- ¡¡Gracias Sara!!- y se lanzo a abrazarme.

- Pero solo cantare si Sara también canta y baila- dijo Mario.

Le miramos las dos atónitas. En ese momento oímos unas risitas.

Me gire para ver a Alan bajando las escaleras mientras se morreaba con una rubia. Y esta le decía:

- Me lo he pasado genial esta noche.- y se reían los dos. La rubia me miro mientras bajaba las escaleras y se le puso la cara blanca el por que ni idea pero se fue murmurando algo.

Mis manos se cerraron en dos puños y pensar que le iba a decir que me quería quedar con el.

Unas lágrimas comenzaron a descender por mis mejillas pero me las limpie con el dorso de la mano. Desde ahora me prometo a mi misma no llorar por ningún chico más. Esto me dolía mucho mas que la ruptura con Lucas, sentía que me caía al vació. En ese momento recordé las palabras de mi abuela ¿seria el? No creo.

Mi mirada se encontró con la de Alan que al verme se quedo blanco. Aparte la mirada rápidamente.

- Por favor Sara tienes que cantar- me suplicaba Rebeca.

Sonreí y le dije:

- Echo- y se lanzo a abrazarme.

- Sara- oí detrás de mí.

Me gire e hice como si no pasara nada.

- Hola Alan.

Me volví a girar y empecé a hablar con Rebeca.

- ¿Cuándo es la boda?- le pregunte

- es la semana que viene. Necesito que vengas a comprar el vestido mañana.

- Vale.

Una mano cogía la mía y tiro de mí hacia fuera de la sala. Se paro en una pared y yo me zafe de su mano.

- Sara…

- ¡¡No me hables!!

- Pero…

- ¡¡Pero que!! ¡¡Yo llorando todas las noche por hacerte sufrir y tu mientras te lo pasabas bien. Eres un imbécil como todos!!

Y me dirigí a la sala de estar con Rebeca y Mario. Estuvimos planeando la boda con Rebeca porque la verdad es que el tiempo pasaba rápido y la semana que viene ya se casa. Nos íbamos a ir pero Rebeca dijo que quería hablar conmigo a solas.

- ¿Qué pasa?

- Se que esto te esta haciendo mucho daño.

Asentí conteniendo mis lágrimas.

- Pero le has afectado ya no habla con nadie, vuelve borracho a casa y un dio vinieron unos hombres enormes preguntando por el tenían mala pinta a saber en que problemas se habrá metido.

Cuando oí eso me sentí culpable.

- Mañana nos vemos OK?

-Claro pero no te pongas triste.- Me beso en la mejilla.

Salí y me metí en el coche de Mario.

- ¿Estas bien?

No le iba a mentir confiaba en el demasiado.

- No, me gustaría estar sola.

Me dejo en casa.

Subí las escaleras mientras lagos de lagrimas recorrían mis mejillas me cambie y me metí en mi cama.

Cogí una almohada y la apreté contra mi pecho como si eso fuera a aliviar el dolor que ahora sentía. Alan ¿era el mi amor verdadero? no lo sabia pero el tiempo lo dirá.

miércoles, 15 de agosto de 2012


CAPITULO 26

En el centro comercial…

La verdad es que me lo estaba pasando muy bien. Y Mario se empeño en entrar a una tienda de vestidos de gala:

- Aparte de que no tengo dinero ¿Que voy ha hacer con uno de estos?- mientras le señalaba un vestido.

- Quien sabe pero no te vas a morir por probarte uno.

Empecé a probarme un montón de vestidos. Me probé el último vestido pero me enamore de el, era blanco estilo vestido griego pero con piedrecillas en los tirantes y unos tacones transparentes.

Cuando salí del probador Mario me miro con la boca abierta.

- Estas preciosa.

- Me encanta- le dije triste- Ves, por esto no quería probarme vestidos.

-Bueno no pasa nada ve a cambiarte.



Mientras Sara esta en el probador…

Mario se dirige a la caja y le dice a la cajera:

- Compro el vestido que va traer esa chica.- Y le entrega la tarjeta de crédito.

-Algo más señor Mario- le pregunto la cajera.

- Si que me lo envíen a mi casa, ya tienen la dirección.



Mientras tanto en el probador…

Me encantaba Mario era sencillo, alegre y gracioso. Había conseguido alegrarme el día. Al salir del probador le vi hablando con la dependienta pero no le di importancia. Deje la ropa sobre la caja.

- Nos vamos- me dijo Mario.

Yo asentí.

Empezamos a caminar hacia la salida. En ese momento vimos un montón de chicas frente a un televisor en un bar con varios fotógrafos haciendo fotos. Todas estaban cantando la canción que sonó ayer en la televisión. En ese momento Mario grito:

- ¿Cómo es posible?- me miro y me dijo- Sara tenemos que correr.

Le mire confundida:

- ¿Por qué?

De repente una de las chicas del bar nos miro fijamente y comenzó a gritar y a saltar.

Todas las chicas y los fotógrafos nos miraron.

Mario me agarro la mano y tiro de mí haciéndome correr. Mientras intentaba correr vi como las chicas y los fotógrafos nos seguían.

No me acorde de que llevaba tacones hasta que se me torció el pie:

- AUUU!!!

Mario se paro y me miro. Yo le señale a mi pierna que me dolía bastante. Respiro miro detrás de mí y se agacho rápidamente montándome sobre su hombro.

- ¡¡¡No, No Mario no me cojas!!

Pero ya era demasiado tarde y se puso a correr. Ya no podía decir nada pero me puse colorada al pensar que llevaba vestido así que le susurre:

- Me puedes agarrar el vestido.

Se rió pero me hizo caso. Mientras corríamos por todo el centro comercial dirigiéndonos hacia la salida oí lo que gritaba todo el mundo:

- ¡¡¡Mario Sánchez!!!

Toda la gente nos estaba fotografiando. En ese momento caí en la cuenta de quien era, todas las piezas encajaban: cuando creyeron que era una fan, cuando vino camuflado a mi casa y cuando salio el anuncio en la tele ¿Cómo no lo supe antes?

Me montó en el coche y lo puso en marcha. Me crucé de brazos y empecé a pensar las razones por la cual no me quiso decir quien era. Suspire.

- Sara, no te enfade conmigo es que quería que me conocieras a mi y no al famoso cantante juvenil.- dijo triste.

Yo le mire y le sonreí:

- Me caen bien los dos aunque conozca solo a uno de ellos.

Me sonrió y suspiro aliviado:

- Genial mañana saldré en las revistas del corazón colgada de tu hombro.

Y empezamos a reírnos los dos.



Me acompaño a mi casa ya que se iba a quedar a dormir otra vez y mientras subíamos las escaleras recibí una llamada:

- ¿Diga?

- Sara por favor necesito tu ayuda.

- ¿Quien eres?

- Soy Rebeca boba.

- Lo siento no te había reconocido. ¿Qué te pasa?

- Necesito un cantante para la boda y no encuentro a nadie.

Sonreí mirando a Mario:

- Tengo la solución.

- Vale ven mañana.

- ¿Te importa si voy acompañada?

- En absoluto nos vemos mañana.

- Nos vemos.

Cuando colgué el teléfono Mario me miraba confundido:

- ¿Podrías cantar en una boda de una amiga?

Se lo pensó un rato y me dijo:

- Sí

- Gracias- le grite mientras le abrazaba.

- Con una condición.

- ¿Qué condición?

- Que tú vengas a una entrega de premios.

Le mire con la boca abierta.

- No es justo, no es lo mismo.

- No canto.

- Vale.

- Así me gusta- y me abrazo.

Prepare una pizza y la comimos mientras veíamos una película.

De repente vi como Mario empezaba a bostezar.

- Mario ¿tienes sueño?

Se despertó asustado y me dijo:

- No, que va.

Le agarre de la mano y le dije:

- Ven puedes dormir en la habitación de invitados.

Le lleve hasta la puerta y le di un beso en la mejilla:

- Buenas noches cantante juvenil- mientras me reía.

- Eso no tiene gracia- dijo riéndose.- Buenas noches

sábado, 11 de agosto de 2012


CAPITULO 25

Tuve un sueño muy extraño. Estaba sentada bajo un roble muy bonito enfrente de un lago. Todo parecía normal hasta que apareció mi abuela hace un tiempo fallecida. Se sentó a mi lado y empezó a acariciarme el pelo como cuando era pequeña:

- ¿Qué te pasa, pequeña?

La mire con ojos triste:

- Abuela tengo el corazón confundido.

- Pequeña yo te daré la respuesta tu amor verdadero es…

De golpe desapareció todo y estaba en una habitación oscura mi abuela se fue alejando. Intentaba llamarla para preguntarle quien era pero no tenía voz. Antes de desaparecer por completo mi abuela me dijo:

- Será aquel que mas daño te hará aunque no lo creas por ti cambiara. Quizás no lo vuelvas a ver pero mas adelante el destino os unirá.

Me levante jadeando. Ya era de día. Mire el reloj y ponía las 10 de la mañana. Me levante despacio para no levantar a Mario que estaba muy mono dormido. Le tape con una manta pero el dormido me agarro de las manos y me abrazo. Nuestros labios estaban apenas a unos centímetros. Pero me resistí a la tentación de besarle, no quería estar más confundida. Un momento ¿quería besarle? No, no, no podía ser. Lentamente me fui zafando de sus brazos.

Me cepille los dientes y mientras lo hacia pensé en lo que me acababa de pasar. Debía de estar todavía dormida.

Me fui a la cocina a preparar el desayuno mientras lo hacia me puse la radio en el móvil. Empezó a sonar la canción de la tele y me puse a bailarla. Sin darme cuenta la empecé a cantar. Hacia mucho tiempo que no cantaba después de lo que me sucedió y si cantaba nunca era en público. Cuando me quite los cascos porque ya había terminado oí que me aplaudían me gire y Mario estaba en la puerta aplaudiendo y sin camiseta. Madre mía que vergüenza. Me puse colorada al instante.

Me senté en la mesa y el a mi lado:

- ¿Se te ha ocurrido dedicarte a esto?

Le mire confundida:

- ¿A que?

- A bailar y cantar.

Negué con la cabeza:

- Tuve una mala experiencia y desde entonces tengo miedo escénico.

- Cuéntamela- me pidió curioso.

- De pequeña a eso de los 11 años forme un grupito con unos amigos para la actuación del colegio. Bailábamos y cantábamos. Yo no era como ahora era gordita y con baja autoestima por culpa de algunas niñas que se metían conmigo. Practicamos mucho y el día de la actuación estábamos súper felices, pero cuando actuamos tropecé con una cuerda y caí las niñas que se metían conmigo empezaron a reírse y a llamarme ``gordita patosa´´ y todo el mundo las imito. Desde ahí deje de cantar y bailar solo bailo en mi tiempo libre.

El me miro sorprendido:

- Que mala puede ser la gente.

Desayunamos y al terminar me pregunto:

- ¿Te apetece ir de compras? Se que eso te va a animar.

 Le sonreí y me fui a cambiar. Me puse un vestido blanco de tirante con un cinturón en negro y unos zapatos de tacón negro.

Fuimos a su casa para que el se cambiara.

¿Que te parece la historia?