martes, 17 de julio de 2012

CAPITULO 22

Me desperté en una habitación desconocida. Era una habitación elegante con las paredes en un color claro, en una esquina una puerta que llevaba al baño, un tocador blanco igual que el armario enorme que había.

La cama en la que estaba era alta y blanda con un dosel en blanco y rosa pálido.

Me levante despacio porque me sentía cansada y me apoyé en el montón de almohadas que tenia detrás.

La habitación parecía la de un cuento de hadas. Mientras contemplaba la habitación alucinada me di cuenta de que sentía frió en el cuerpo, levante la manta y no me lo podía creer, estaba en ropa interior en una casa desconocida, ya no sabia lo que pensar.

En ese momento oí risas acercándose a la puerta y rápidamente me tape hasta el cuello.

La puerta se abrió despacio y por ella aparecieron dos chicos.

Uno de ellos me miro con curiosidad. Era alto, delgado pero con buena forma física, tenia el pelo castaño algo revolteado y los ojos de un negro en el cual te podrías perder con facilidad. Llevaba una chaqueta de cuero con una camiseta blanca y unos vaqueros.

Me sonrió y se acerco a mí:

- Hola me llamo Manuel.

Me quede embobada mirándole, parecía un modelo. Al ver que no contestaba me pregunto:

- ¿Y tu?

- Me llamo Sara.

Manuel se giro y miro al otro chico que me miraba embobado. Era alto de mi edad aunque quizá un poco mayor que yo era parecido a Manuel físicamente. El sacudió la cabeza y me sonrió. Esa sonrisa era perfecta y no se por que sentía que esa sonrisa me iba a afectar:

- Yo me llamo Mario.

Después de esto nos quedamos en un silencio incomodo por lo que decidí romper el hilo:

- ¿Me podéis decir que me paso?

Manuel asintió y comenzó a hablar:

-Te tiraste en los brazos de Mario y pensamos que eras una fan, pero después vimos tu estado y te desmayaste así que te dejamos aquí llamamos al doctor y nos dijo que fue por el frío y el cansancio.

Le mire confundida:

- ¿Una fan? ¿De quien?

Los dos me miraron asombrados y Manuel me pregunto:

- ¿En serio no sabes quien es? – Dijo señalando a Mario.

Yo negué confundida.

Los dos chicos se levantaron y salieron a fuera ha hablar cerrando la puerta, así que me quede esperando.


Al otro lado de la puerta…

- Mario no sabe quien eres, ¿se habrá dado un golpe en la cabeza?

Mario le miro confundido y le dijo:

- No dejémoslo así, que no sepa quien soy, quiero conocerla y que ella me conozca como a una persona y no a lo que me dedico.

Manuel le miro con una sonrisa traviesa:

- ¿Te gusta la chica?

Mario se toca el pelo frustrado:

- Primero se llama Sara y segundo si que me gusta tiene algo que no consigo saber lo que es pero me siento atraído por ella.

Manuel suspira:

- Porque eres mi hermano y te conozco, que si no pensaría que solo te la quieres llevar a la cama. Bueno vamos a entrar.

Y entraron en la habitación.

En la habitación…

Entraron rápidamente haciéndose bromas entre ellos.

Mario me miro con ternura y me dijo:

- ¿Podemos saber por que llorabas y corrías bajo la lluvia?

Me puse rápidamente colorada, no se lo quería decir pero necesitaba desahogarme y ellos me habían cuidado.

- Tuve un problema por culpa de dos chicos.

Los dos se miraron horrorizados y Mario me pregunto:

- ¿Te han hecho daño?

Yo asentí con la cabeza. En la mirada de Mario rápidamente se puso la furia y me dijo:

- Hay que denunciarles.

Le mire confundida y de repente me di cuenta de lo que había dicho:

- No, no es lo que pensáis me he expresado mal. Me dejáis volver a empezar.

Los dos asintieron por lo que empecé a contarles lo sucedido:

- Yo me mude hace un año y empecé a salir con Lucas rompí con el por ser un cerdo mentiroso y empecé con Alan. Los dos se odian y cada vez que se ven se intentan pegar. El día que me choque con Mario era la celebración del compromiso de Rebeca la hermana de Alan. Yo soy la madrina y resulta que el padrino es Lucas. Lucas me beso, Alan estaba ahí y ya podéis imaginaros el resto. No llegaron a pelearse pero me habían puesto en evidencia delante de todo el mundo y estaba harta. Salí corriendo de ahí, se puso a llover me sentía cansada y encima me había perdido, entonces me choque con vosotros. Creo que os estoy aburriendo.

Rápidamente Manuel dijo:

- No en absoluto es bueno saberlo.

Pero Mario estaba triste. Me di cuenta de que nadie sabia donde estaba y decidí preguntarle:

- Cuanto hace que estoy aquí:

Manuel me contesto Mario estaba distraído:

- Hace dos días.

- ¡DOS DIAS! No puede ser.

Me levante rápidamente de la cama a coger el bolso que estaba encima del tocador. De repente me acorde que estaba en ropa interior y Mario y Manuel me miraban embobados.

Rápidamente me tire en la cama otra vez tapándome hasta el cuello. Los dos chicos se miraron y sonrieron en cambio yo me puse roja como un tomate.

- ¿Dónde esta mi ropa?

Manuel se acerco al armario:

- Esta en la tintorería pero te podemos prestar algo y si quieres tu ropa te la enviamos a tu casa.

Dejo un conjunto sobre la cama y salieron de la habitación los dos.

Me levante y cogí la ropa.

Me vestí rápidamente y vi lo que me habían dejado. Era una falda tubo hasta debajo del pecho en color negro con una camiseta de tirantes blanca y una chaqueta en negro.

Cuando vi los zapatos me quede alucinada eran unos zapatos en negro con tacón de aguja, eran flipantes. Me recogí el pelo en un moño.

Me mire en el espejo y vi que parecía una empresaria vestida así.

Cogí mi bolso y saque el móvil. Genial 30 llamadas de Alan y 20 mensajes que me preguntaban donde estaba. Alan se acababa de dejar una fortuna por mí.

Abrí corriendo la puerta y salí chocándome con Mario.

- Lo siento es que tengo prisa.

Mario me miro y me dijo:

- ¿Quieres que te lleve?

Me agarro la mano y sentí una pequeña sensación pasar por mi mano pero la ignore, bajo corriendo conmigo hasta un enorme jardín donde había un Porsche rojo.

Me abrió la puerta y se monto.

Le dije donde vivía Alan que era donde mas cerca estaba y rápidamente estuvimos allí.

- Sara, dame tu dirección para enviarte la ropa y tu teléfono para avisarte.

Se lo apunte en una tarjetita y se la di.

Le di un beso en la mejilla y le dije:

- Gracias intentare que no me vea Alan.

El abrió la guantera y de ella saco unas gafas de sol. Le abrace y le dije:

- Gracias por todo ya nos veremos.

Entre a casa de Alan y me encontré a Rebeca y a Lara tomando un café. Las dos me miraron y gritaron:

- ¡Sara!

- ¡SHHHH!- les dije yo- No quiero que Alan me vea.

Me abrazaron y me dijeron:

- ¿Dónde has estado? Alan lleva buscándote dos días.

Iba a contestar pero oí como Alan venia maldiciendo, me iba a girar a verle pero Rebeca me agarro y me dijo:

- Quieta, no digas nada.

Alan entro en la sala y podía sentir su presencia:

- ¿Donde demonios se ha metido? ¡La he buscado por todas parte voy a acabar poniendo una denuncia de desaparición!

Rebeca le pregunto intencionadamente:

- Alan por curiosidad ¿Que es lo que te gusta de Sara?

Alan tardo un rato pero dijo:

- Su sonrisa, su alegría, su cariño y cuando estoy con ella me siento diferente no importa lo que pase pero con ella estoy contento y feliz, me hace sentir en una burbuja cuando estoy a su lado y sinceramente, la quiero.



6 comentarios:

  1. Q boniiitoooo! me encanta, y kien es mario¿? jejej un besito:)

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    1. Mas adelenate lo sabras. Gracias y besitos.
      Firmado: Sarus

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  2. Me encanta la historia es preciosa.
    Espero que escribas el próximo capítulo pronto, estoy enganchada xd.
    Un beso.

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    1. Gracias y bienbenida porque creo que eres nueva. Un beso.
      Firmado: Sarus

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    2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. ohhhhhhhh me encanta :D
    son muy bonitas las palabras de Alan

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