jueves, 1 de noviembre de 2012

CAPITULO 38



Me levante por la luz que entraba por la ventana. Me gire y vi que Alan no estaba a mi lado. De repente le vi salir de la ducha secándose el pelo con una toalla:

- ¿Qué tal has dormido?- me pregunto mientras me besaba la frente.

- Muy bien ¿y tu?

- De maravilla.-me contesto con una sonrisa.- ¿Bajamos a desayunar?

Le mire confusa:

- ¿A menos que quieras que baje desnuda?

- Bajo a comprarte ropa y ahora vuelvo, aunque sabes que a mi no me importa.

- Imbécil- le dije con una sonrisa.

Salio de la habitación.

Mi móvil comenzó a sonar mientras cogía una manzana que había en una mesa:

- ¿Diga?- pregunte mientras mordía la manzana.

- ¡¿donde narices te has metido?!

Me atragante con la manzana y comencé a toser:

- Mama, lo siento por no haberte llamado.

Se relajo:

- ¿Estas bien?

- Si mama.

- ¿Dónde estas?

- Mmmm…- no sabia que contestarle.

- Sara, soy tu madre a si que no me mientas.

- Vale estoy con Alan.

- De acuerdo cuídate y usar protección.

- ¡Mama!- le grite poniéndome colorada.

- ¿Qué? No me digas que estando solos no vais a llegar a hacer nada.

- Pues de momento no ha pasado nada.

- Solo te aviso.

- Vale mama, te quiero.

- Y yo también hija.

Vi a Alan parado en la puerta observándome:

-¿A quien quieres?

- A mi madre -le dije sacándole la lengua.

- ¿Y a mi?

- No se últimamente estoy dudando por tus acciones.

- Tranquila hoy recuperaras la confianza.- me sonrió- toma te he comprado algo.- mientras me entregaba las bolsas.

Abrí la bolsa y saque una camiseta blanca con letras en negro, unos pantalones cortos junto con un biquini rosa:

- ¿Vamos a ir a la playa?- pregunte sonriendo.

- Puede…- me contesto mientras se reía.

Vi que había otra bolsa más:

- ¿Y esto?- le pregunte confundida.

Se toco el pelo nervioso:

- Lo puedes abrir ahora o en otro momento, pero prefiero que lo habrás después.

- Bueno vale me voy a vestir.- le conteste, aunque tenia curiosidad.

Me puse mi ropa y unas gafas de sol.

 

Salimos de la habitación cogidos de la mano. Comimos en el restaurante del hotel.

Caminamos sonriéndonos el uno al otro por el paseo marítimo. Fuimos a la playa, el agua era cristalina y tenía unas ganas enormes de meterme, pero Alan no quería:

- Por favor Alan métete.- le intentaba convencer.

- No, métete tú que yo me quedo aquí.

Como no me hacia caso, me acerque a la orilla y di una patada en el agua, mojándole. Alan se giro, mojado con la boca abierta:

- ¡Sara! ¿No sabes donde te has metido?

- A si, ¿Qué me vas a hacer?- le dije provocándole.

De repente se lanzo contra mí, pegue un grito por el susto y salí corriendo con el pisándome los talones.

- ¡Te vas a enterar!- me gritaba.

-¡Cuando consigas alcanzarme!- le contestaba yo mientras me reía.

Me gire para ver si me seguía pero no estaba. Me asuste y comencé a gritar su nombre.

De repente unos brazos me rodearon cargándome sobre su hombro. Se dirigió al agua y yo gritaba como loca:

- ¿Con que no te iba a pillar?

- Por favor Alan bájame- le suplicaba.

- De eso nada.

Y me lanzo al agua. El agua estaba fría y hizo que me sorprendiera. Salí a la superficie jadeando y Alan se estaba riendo:

- Me las vas a pagar- dije sonriendo.

Me lance contra el haciéndole una aguadilla. Se hundió en el agua, pero me cogió de las piernas y yo también caí.

Salimos los dos a la superficie:

- Eres idiota- le dije.

- Si has empezado tú.

Me gire dándole la espalda haciendo como que estaba enfadada:

Me abrazo:

- Se que no estas enfadada.

Me gire sorprendida:

- ¿Cómo lo sabes?

- Aunque no lo creas te conozco mucho.

- Y yo a ti.- le di mejor sonrisa.

Poco a poco me acerque para besarle pero en vez de juntar nuestros labios le empuje haciéndole caer al agua mientras me reía. Salio a la superficie:

- Vale me has ganado, pero aun quiero mi beso.

- Vale.

Nos acercamos hasta que nuestros labios encajaron perfectamente. Nunca me cansaría de besarle. Sus labios me volvían loca no lo iba negar, pero mas con la dulzura que me trataba.

 

Pasamos el día en la playa entre caricias y besos, como una pareja cosa que al pensarlo me hacia sonreír.

Al llegar al hotel Alan me dijo que subiera sola que ahora me alcanzaba el.

Subí en el ascensor sin parar de sonreír. Pensar en Alan hacia que una sonrisa se posara en mis labios.

Entre a la habitación y me dirige a la ducha. El agua caliente relajo todos mis músculos. Oí como alguien abría la puerta de la habitación.

- ¿Alan?- grite desde la ducha.

- Si- me contesto de fuera.

Termine de ducharme y salí a la habitación envuelta en una toalla. No había nadie me acerque a la cama y me tape la boca al ver lo que encontré, un vestido negro en la cama con todo lo necesario.

Era sencillo pero bonito. Era un precioso vestido negro entubado con una manga, bueno si se le puede llamar manga porque esta cortada. Unos zapatos negros de tacón e incluso maquillaje.   Vi una nota sobre la cama:

`` Arréglate y sal afuera. Utiliza también si quieres lo que hay en la bolsa. Te quiere. Alan ´´

Agarre la bolsa que Alan me trajo esta mañana. La abrí y al ver el contenido rápidamente mis mejillas se pusieron rojas como tomates ¿Como se le ocurría? En la bolsa había un precioso conjunto de ropa interior de encaje negro. Esto significaba que algo iba a ocurrir esta noche. Me senté en el suelo apoyando mi cabeza sobre mis rodillas. ¿Estaba preparada? Esa pregunta rondaba en estos momentos mi cabeza.

-Claro que lo estaba, me dije a mi misma, quería que Alan fuera el primero.

Me levante decidida y cogí todo para dirigirme al baño. Me puse el conjunto de encaje, que por cierto no me quedaba mal. Me puse el vestido sobre el conjunto y me arregle.

Salí decidida por la puerta y a mis pies encontré un camino de pétalos de rosas. Comencé a seguirlo con una sonrisa en el rostro hasta llegar a una mesa del restaurante del hotel. Alan estaba esperando en la mesa. Estaba nervioso dando vueltas de un lado para otro. Me aliviaba pensar que no era la única.

- Alan. –le llame.

Se giro y me miro de arriba a bajo para después acercarse y darme un beso fugaz.

- Pensé que no vendrías- me dijo mientras echaba la silla para que me sentase.

- ¿Por qué pensaste eso?- dije mientras me sentaba.

El rodeo la mesa hasta su lugar llamo al camarero y hablo con el.

- Porque pensé que quizás te sigo pareciendo un imbécil- dijo sonriendo.

- Pero un imbécil que me gusta- le conteste lo que me dijo la última noche que estuvimos juntos.

Cenamos entre risas y miradas. Al terminar de comer Alan me agarro de la mano y comenzamos a bailar pegados:

- Bailas bien- le dije sorprendida.

- Ser de una familia adinerada te hace aprender cosas- me dijo sonriendo.
 
Vestido de cena

P.D: Podeis contactar conmigo atraves de Twitter. Seguirme y os sigo!! @SarayEyf

2 comentarios:

  1. Me encanta el capitulo, que ganas de leer el siguiente para ver que pasa entre ellos dos jeje! besitoss:)

    P.D te sigo en twitter jeje yo stoy viciada ^^

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    Respuestas
    1. Gracias, las cosas se pueden volver sorprendentes jajaja
      Yo tambien te sigo ;) Un beso.
      Firmado: Sarus

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