Dos días después…
Los días pasaban y todo era igual. Los matones se
turnaban para vigilarme. La herida del labio ya había cicatrizado.
Era de noche y uno de los matones se fue y me
quede por primera vez sola con Alex.
Me tapo la boca con celo y me quito de la silla.
Estaba sonriendo todo el rato y no sabia por que. Me llevo en brazos al sofá y
me tumbo.
- La parte divertida empieza ahora.
Al saber de lo que hablaba comencé a moverme para
que no me tocase. Se tumbo encima mía y comenzó a besarme el cuello. No podía
gritar ni hacer nada. La impotencia comenzó a salir en forma de lágrimas de mis
ojos.
- No llores si solo va a ser un momento.
Y comenzó a quitarme la camiseta.
La puerta se abrió de golpe y Alan agarro a Alex quitándole
de encima de mí, le tiro contra el suelo y comenzó a pegarle.
Intente gritar para que me oyera aun con el celo.
Se giro y me miro furioso. Me desato y me quito el celo de la boca:
- Au- grite
- Lo siento.
Me coloque la camiseta y me acerque a Alex que
estaba en el suelo golpeado.
- Te dije que no te librarías.
Nadie se dio cuenta de que llevaba las pistolas
metidas en el pantalón. Me limpie las lágrimas. Saque una de ellas y me miro atónito:
- Vas a sentir lo que yo acabo de sentir.- Y le
dispare a la pierna, no me sentía capaz de matarlo.
Alan me agarro de la mano y salimos corriendo. Me
monte en su coche y salimos pitando de ahí.
En todo el trayecto no hablamos nada. Llegamos a
un hotel y alquilamos una habitación. No quería hablar con el. Entre en la
habitación. Era sencilla con una cama de matrimonio y un baño. Había un
ventanal que daba a la playa, era precioso. Me iba a meter a duchar:
- Toma- me dio una camisa.
- Gracias- le dije sin ganas.
Llevaba cuatro días sin ducharme y después de lo
que acababa de suceder me sentía sucia. Tenía algunos moratones en el cuerpo
por el forcejeo contra Alex. Las muñecas y los tobillos con marcas de las
cuerdas. Me metí en la ducha y mientras me duchaba lágrimas caían por mis ojos.
Me puse la camisa que me quedaba por encima de
las rodillas y salí.
No mire a Alan y me senté en la cama. El se metió
en la ducha.
Estaba enfadadísima con el, así que cogí su
almohada y una manta y se las tendí en el suelo.
Me senté en la cama y comencé a ver la tele. Alan
salio del baño y miro hacia el suelo.
- ¿Y eso?
- Tu cama.- dije mientras apagaba la tele y me
tumbaba.
- ¿Por qué? – me pregunto.
- Porque no pienso dormir con un imbécil.
- Venga Sara ¿déjame dormir contigo?
- No, estoy muy cabreada contigo.
Me gire y le mire. Tan solo llevaba unos
pantalones cortos. Me mordí el labio y volví a girarme dándole la espalda.
De repente tenía a Alan sobre mí agarrándome las
manos.
- ¿Me perdonas?
Negué con la cabeza:
- ¿Y si te doy esto?- mientras me daba un beso en
la mejilla.
Negué intentando contener una sonrisa:
- ¿Y aquí?- después de darme un beso en la
comisura de los labios.
Volví a negar.
- A la tercera va la vencida.
Y me beso tiernamente en los labios.
- ¿Y ahora me perdonas?
- No vale persuadir- dije mientras sonreía.
En un momento de distracción Alan me soltó la
mano y yo me monte encima, le pellizque.
- ¿Pero que haces?
- Darte tu merecido- dije riéndome.
- De eso nada.
Nos dimos la vuelta y el acabo encima de mí.
Comenzó a hacerme cosquillas.
- Alan, para- intentaba decir entre mis risas.
Como veía que no paraba le bese. Se distrajo
besándome y yo le empuje haciendo que se cayera de la cama. Comencé a reírme.
Me asome y le vi tirado en el suelo mirándome confundido. Le sonreí:
- Esto te pasa por no hacerme caso.
Me baje de la cama y le ayude a levantarse pero
tiro de mi y me caí encima de el. Me beso dulcemente. Nos separamos por falta
de aire:
- Alan quiero intentar dormir porque llevo cuatro
días durmiendo en una silla.
- Es verdad lo siento.
Se levanto y
me ayudo a levantarme.
Me metí en la cama y cerré los ojos. Sentí como
Alan me rodeaba con sus brazos y decía:
- Ven aquí.
Empezó a entrarme el sueño.
Comencé a tener un sueño. Volvía a estar atada de
pies y manos y Alex intentaba volver a violarme.
Me levante sobresaltada. Estaba sudando y
llorando. Mire a Alan y seguía dormido. Eran las 5 de la mañana no creo que
volviera a tener sueño. Me levante con cuidado y me dirigí al baño. Me moje la
cara y el cuello para relajarme. Después de esto me dirigí a la terraza que
daba a la playa.
Comencé a mirar el mar y las pocas estrellas que
quedaban en el cielo que empezaba a clarear. Pensar en la sensación de
impotencia que acababa de volver a sentir me hizo comenzar a sollozar.
De ser la nueva en el instituto y de no conocer a
nadie a que me conozca todo el mundo, de estar sola a enamorarme, de que me
rompan el corazón y de ser perseguida por delincuentes. Mi vida había dado un
giro de 180 grados, de ser la chica dulce y divertida a ser una chica fuerte
aunque débil. Estaba confundida no sabia que hacer. Y lo de Alan era el colmo
me dejaba y le perdonaba cada dos por tres.
Unos brazos fuertes me rodearon:
- ¿Por qué no estas en la cama?
- No podía dormir.
- Tienes que dormir algo.- mientras me besaba la
cabeza.
- Pero es que no pue…-no me dejo terminar porque
me había cogido en brazos.
- Alan, bájame- mientras nos dirigíamos a la
cama.
- De eso nada, tienes que dormir porque hoy
haremos algo que te va a gustar.
- ¿Si, y que es?
- Pues no te lo voy a decir.
Me dejo en la cama y me tapo con las sabanas. Se
tumbo a mi lado y me abrazo:
- Venga duerme un poco.- me beso la frente.
Apoye mi cabeza en su pecho y mientras el me
acariciaba. Sin previo aviso el sueño comenzó a apoderarse de mí.
Ohhh, que bonito!! un besito:)
ResponderEliminarGracias un besito a ti tambien ;)
ResponderEliminarFirmado: Sarus
Que bonito y pobrecita por lo de alex menos mal que alan llego a tiempo para salvarla :)
ResponderEliminarbss
Sip, Gracias por comentar sempre un besito. Muakss
EliminarFirmado: Sarus