Me desperté en mi cama confundida, algo desorientada y con un dolor de cabeza horrible. Sentí una mano caliente sobre la mía. Me gire y encontré a mi madre mirándome fijamente y preocupada. Me incorpore despacio:
- ¿Estas despierta?- me pregunto mi madre.
- Si ¿porque?- Le pregunte confundida.
- Llevas tiempo inconsciente y a veces abrías los
ojos pero volvías a caer rendida.
- No lo entiendo.
- Hija ¿te acuerdas de lo que sucedió hace 5
días?
Sentía mi cabeza dar vueltas sin rumbo alguno en
mi mente. La puerta se abrió y entró Mario que me sonrió. Mire a mí alrededor.
En el borde de la cama estaban la ropa que me puse…
Como una ráfaga todos los recuerdos vinieron a mi
mente.
Una habitación de hotel, besos, caricias y Alan.
Todo se volvió oscuro y apareció en mi mente Alex intentando violarme.
Un grito salio de mi boca mientras me agarraba la
cabeza con desesperación. Mario y mi madre me intentaban tranquilizar pero yo
no dejaba de llorar, gritar y temblar:
- ¡Por favor dime que no es verdad!- le pregunte
a Mario.
- Lo siento Sara, no te puedo mentir.
Mi cuerpo comenzó a moverse incontroladamente. Yo
no sabia lo que me pasaba. Mi madre al verme grito y rápidamente apareció mi
padre seguido de un doctor.
- Le esta dando un ataque. ¡Agárenla!- les ordeno
el doctor
Un dolor horrible comenzó a recorre cada
centímetro de mi cuerpo. Un pitido comenzó a sonar en mi cabeza:
- ¡Haz que pare!- comencé a gritar.
El doctor agarro mi brazo y poco a poco fue
introduciendo una jeringuilla con un líquido azul.
A medida que el líquido se filtra por mi cuerpo y
se extendía. El dolor fue desapareciendo y el sueño comenzó a apoderarse de mí.
Después de esto mi vida se volvió confusa. Ya no
era la chica feliz y sonriente. Mis sueños estaban protagonizados siempre por
la misma escena: la despedida de Alan.
Ya casi no comía y me había vuelto pálida y
flacucha.
Mis amigas se mantenían a mi lado pero había una
persona que era la única que conseguía que hiciera algo aparte de llorar y
observar al vació: Mario.
La noche anterior a comenzar las clases…
Estaba dormida y por primera vez no tenía una
pesadilla.
Estaba paseando por la playa sola y estaba amaneciendo.
Tenía energía y ganas de volver a vivir la vida. A lo lejos de la playa había
algo de niebla y una sombra que se iba acercando. La niebla desapareció y lo
que antes era solo una sombra se solidifico delante mí:
- Alan- susurre mientras alzaba mi mano y le
acariciaba la mejilla.
El se acercó a mí y me abrazo. Volvía estar en
sus brazos y sentía esa sensación tan especial que me provocaba aunque fuera un
sueño.
Se separo de mí y me miro fijamente:
- ¿Qué estas haciendo?- me pregunto.
- ¿A que te refieres?- le mire confundida.
- Te estas destruyendo a ti misma. Ya no comes y
no sales. Te pasas el día encerrada llorando y tus padres están muy
preocupados. No quiero verte así por favor. Vuelve a ser la de siempre, prometí
volver a por ti cuando todo acabara y pase lo que pase la cumpliré.
Se acerco a mí y me beso con ternura. Quería
contestarle o entretenerle con cualquier cosa para que se quedara más tiempo a
mi lado.
- Te amo- me dijo mientras desaparecía de nuevo
entre la niebla.
En la terraza de esa habitación….
Lo que me ha costado subir pero necesitaba volver
a verla. Mario me informaba siempre que podía sobre ella y se lo agradecía de
todo corazón. Me dijo que desde que nos despedimos ya no era la misma e incluso
me contó el ataque que le entro. Tenia que asegurarme de ella.
Ahí estaba tumbada en la cama hecha un ovillo.
Muy delgada y blanca con círculos morados alrededor de sus ojos y pensar que yo
soy el culpable me mataba por dentro, pero era por su bien.
Me senté a su lado y de repente pronuncio mi
nombre y me asuste pensando que estaba despierta pero descubrí que estaba
hablando en sueños. La mire fijamente y me acerque a abrazarla y de nuevo sentí
esa sensación que solo ella conseguía producir.
Me separe de ella y le pregunte:
- ¿Qué estas haciendo?
- ¿A que te refieres?-me contesto dormida.
- Te estas destruyendo a ti misma. Ya no comes y
no sales. Te pasas el día encerrada llorando y tus padres están muy
preocupados. No quiero verte así por favor. Vuelve a ser la de siempre, prometí
volver a por ti cuando todo acabara y pase lo que pase la cumpliré.
Me acerque a ella y la bese por última vez.
- Te amo- le dije mientras salía corriendo al
notar que se estaba despertando.
En una cama…
Me desperté sudorosa y con lagrimas en mis
mejillas. Era de noche y me gire al ver una sombra saltar por la ventana de mi
terraza.
Debía de estar alucinando, pero se sentía tan
real que Alan hubiera estado aquí…
No podía volver a dormir y si, eran las cinco de
la mañana y hoy comenzaba las clases pero necesitaba despejarme, pensar y por
que no alejarme de la realidad.
Me puse un chándal y salí despacio de casa. Comencé
a correr con la música en mis oídos a todo volumen. Deje que todo a mí
alrededor desapareciera y solo quedara yo, el asfalto y la música.
Llegué aun pequeño bosque y me adentre en el sin
dejar de correr. Había un pequeño charco el cual no vi. Mientras corría mi pie
se introdujo en el charco y me resbale cayéndome de espaldas en el.
Me manche toda de barro y me hice un poco de
daño, pero en vez de ponerme a llorar comencé a reírme sin motivo alguno.
Me levante y volví a casa.
Entre a casa tarareando una melodía. Pase por la
cocina y vi que mis padres estaban tomando un café:
- ¿Pero Sara que te ha pasado? – me pregunto mi
madre preocupada.
Me comencé a reír:
- Me resbale y me caí en un charco.
Me fui al baño, me duche y me vestí para ir al
instituto. Me mire al espejo y comencé a
pensar en lo que había soñado esta noche. Tenia que volver a vivir mi vida, si
tuve un momento desastroso en mi vida, pero eso no me iba a quitar las ganas de
seguir luchando por lo que mas quería.
Agarre mi mochila y me dirige a mi primer día de
clase de mi ultimo año ahí.
me encanta como siempree!! y claro, m gustaria leer tus otras historias. un besito guapa!^^
ResponderEliminarGracias, como siempre me encanta que comentes. Arriba he puesto una pestaña en la que podras leer mi nueva historia. Besitos, y guapa tu!! :3
EliminarFirmado: Sarus