No había parking cerca así que tuvimos que ir andando.
Comenzaba a hacer frio y yo me abrace a mi misma
y me frote los brazos. Mario se quito la chaqueta y me la coloco sobre los
hombros.
- Gracias- le dije con una sonrisa.
Me acerque a él y la abrace por la cintura. El
paso su brazo sobre mis hombros.
Caminamos así hasta el edificio. No podía evitar
sentirme bien a su lado.
El edificio era bastante moderno. Entramos en el
portal y cogimos el ascensor.
Buscamos la puerta, aunque era fácil porque ponía
un letrero “Felicidades”
Sonreí.
- ¿Me esperas aquí?
- Pues claro- me sonrió mientras se apoyaba en la
pared.
Me acerque a él, agarre su cara con mis manos y
le bese tiernamente. Le mordí el labio despacio:
- Gracias por todo- le di otro corto beso y le
deje con una sonrisa tonta.
Abrí la puerta y la cerré detrás de mí. Al
girarme se me cayó el alma a los pies. Respire hondo y me acerque a la mesa del
salón de ese departamento.
Si habéis oído bien, estaba en el departamento
que me compró Alan.
¿Que como lo supe? Por todas las fotos de
nosotros dos que había por toda la casa, incluso las que nos hicimos en el
acantilado antes de que volvieran a aparecer los matones y Alex.
Me senté en el sofá y comencé a pensar. En la
cocina había una caja vacía. Agarre algunas de las fotos y las comencé a meter
en la caja de la cocina que estaba sobre la encimera:
- ¿Qué haces?
- Pues tu que…- esa voz me detuvo.
Al girarme solo pude pegarme más a la encimera y
controlar mis ganas de llorar:
- ¿Qué haces aquí?- conseguí preguntar.
- ¿Tu qué crees?- y se acerco hacia mí.
- ¿Que que creo?- me enfade- Que eres un imbécil,
eso es lo que creo y confirmo.
- Por favor Sara sabes que lo hice por tu bien.-
me contesto triste.
- ¿Entonces qué haces aquí, si alejarme de ti era
por mi bien?
- He venido a felicitarte.
- Alan ¿acaso sabes cuánto daño me has hecho?
- Si, pero no podía no felicitarte en tu 18
cumpleaños.
- Esta casa me trae malos recuerdos por tu culpa
y tu imbecilidad, no estás a mi lado ni yo al tuyo.
- Por favor olvídate de eso y acepta mi regalo,
es lo único que te pido.
Me acaricio la cara, me agarro la cintura y me
beso dulcemente, pero con la pasión que echábamos de menos. Esas mariposas
volvieron a aparecer en mi estomago y esa corriente eléctrica me recorrió desde
la punta de los pies a la cabeza.
Me rozo la boca con su lengua pidiendo paso y yo
le deje pasar. Nuestras lenguas jugaban en nuestras bocas necesitadas el uno
del otro. Enrede mis manos en su pelo y mis pies alrededor de su cintura. Me
agarro de las pantorrillas y me subió sobre la encimera
Ese deseo me nublo la mente, pero de repente se
despejo de golpe.
Le empuje y negué con la cabeza, me baje de la
encimera:
- ¿Pero qué pasa ahora? – me pregunto confuso.
- No has venido para quedarte, así que vete no
quiero sufrir más de lo que lo he hecho.
- Pero Sara yo te quiero.
- ¡Y yo!- Grite furiosa- ¿Qué te crees que sufro
porque me da la gana?
- No pero…
- ¡NO QUIERO MAS PEROS!- ya estaba harta.
La puerta se abrió de golpe y nos giramos los dos
por sorpresa. Mario entro preocupado:
- ¿Sara estas bien? Es que te he oído gritar
varias veces y…
- Estoy bien Mario, no te preocupes.
- ¿El que hace aquí?- me pregunto Alan
- Me ha venido a acompañar.
- ¿Por eso llevas su chaqueta?
Alan se giro furioso y miro a Mario:
- Dime que no es lo que creo- me dijo mirándome.
- Alan me prometiste que volverías y no dudo de
ello, pero cuando vuelvas quiero que sea para quedarte a mi lado y no para que
vuelvas a desaparecer. Mientras tanto intentare seguir con mi vida.
Mire a Mario un momento:
- Te espero fuera- dijo mientras cerraba la
puerta.
- Yo le mato- dijo Alan.
Sonreí y me fije bien en el, pude captar como una
lagrima caía de sus ojos. Le acaricie la mejilla llevándome la lágrima:
- La que suele acabar llorando soy yo no tu- le
dije con una pequeña sonrisa.
- Es que tengo miedo de perderte.
- ¿Y piensas que yo no?
- No pero…
No pude dejarle terminar, necesitaba llevarme un
recuerdo de él hasta que volviera. Estampe mis labios contra los suyos sin
darle tiempo a reaccionar. Le abrace el cuello acercándolo más a mí, esta vez
fui yo la que pidió paso con mi lengua, cosa que nunca había hecho. El me
permitió el paso encantado. Me rodeo la cintura y me acerco más a él. Le mordí
el labio tiernamente. Le di otro pequeño beso. Me dio un beso en la frente.
Me acerque a su oído y le susurre:
- Te quiero y siempre te voy a querer. Y que
sepas que te voy a estar esperando el tiempo que haga falta. Pero por favor
vuelve algún día. – le di un beso en la mejilla.
Me gire para irme pero Alan tiro de mi mano y me
envolvió en sus brazos. Hundió su cabeza en mi pelo y me susurro:
- Te quiero muchísimo. Te prometo que cuando todo
acabe volveré a por ti.
Me soltó y me dirigí a la puerta. No quería que
me viera llorar pero las lágrimas amenazaban con salir. Me gire con una sonrisa
dulce:
- Por cierto este es mi apartamento. Espero que
cuando vuelva no te tenga que denunciar por allanamiento de morada.
Sonrió y entonces yo ya pude salir por esa
puerta. Me abrace a mi misma y no pude mirar para atrás.
ME ENCANTA! Como siempre jejje, xfin apareces, k estabas desaparecidaaa xdd. Ai el Alan, es buen chico xo sigo prefiriendo a Mario ajaja :) un besito y ahora m paso x tu nueva historia, alli te comento :)
ResponderEliminarGracias. Siempre me alegras el dia con tus comentarios jajaja Pronto publicare los pocos capitulos que quedan para empezar con la segunda parte ;) Muchos besos Silvia. Y gracias por comentar siempre :)
EliminarFirmado: Sarus
De nada!! Jeeje m alegra saberlo! Ainss q pena, xo es bueno saber k habrá segunda parte xdd besitoss, no hay de k, ^^
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